Señor Jesús; ¡Ayúdame!
Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y
a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores.
Y Jesús les dijo:
Seguidme, y yo haré que seáis pescadores de
hombres.
Y dejando al instante las redes, le siguieron.
(Mar 1:16-18)
El Evangelio dice que ibas caminado por
la orilla del lago de Galilea; me imagino que estabas disfrutando de la brisa
suave y que invitaste a Simón y a su hermano Andrés a seguirte. Los dos, de inmediato, dejando las redes te
siguieron. ¡Qué disponibilidad! La
disponibilidad que a mí tanto me falta, pues inmerso en mí fardo de mentiras,
rencor y odio a los hermanos, digo en alta voz que te sigo y así se lo hago
creer a los demás, pero en mi corazón esta lejos de ti, mis pensamientos hace
mucho tiempo van por otro rumbo de la insensatez y el desamor..
Sabes, un día animado dije sí a tu llamado y prometí fidelidad a tu cruz, a tus palabras, a tu obra salvadora, pero no he podido ser totalmente fiel, me he dejado llevar por la banalidad del placer, el engaño y el deseo de aparentar. Jesús, ayúdame a salir del montón, pues vivo un ambiente que respira hipocresía y para ser sincero contigo, te digo que hoy soy víctima del mismo mundo que yo inventé. Ya no puedo estar tranquilo, es como si tu mirada me juzgara; ni puedo observar con sosiego tu cruz, ella me acusa; mis hermanos me reprochan, su presencia es para mí cobardía, un juicio que ya no puedo resistir.
Perdóname Jesús porque tu palabra me está
quedando grande; tu llamado me está desbordando, no me aguanto más; quisiera
internarme en la noche de mi angustia para no volver a salir; quisiera seguir
en el desierto de mi soledad y así tener la disculpa de decir que me abandonaste; pero sería una
farsa. Y sabes, a veces pienso que lo
mejor sería no haberte encontrado o tal vez no haberme dejado conquistar por tu
palabra, pero lo medito nuevamente y pienso:
¿Qué sería de mí? Un barco sin
dirección, un rio sin cauce.
Jesús ayúdame,
dame la disponibilidad que tuvieron.
Pedro y Andrés para seguirte no les ofrecías ninguna seguridad, porque
en tu propuesta no había campo para las seguridades. Dame la disponibilidad de los apóstoles para
asumir la cruz que me diste para anunciar, para alejarme del mundo de la inautenticidad,
donde se juzga por apariencia y no hay lugar a la verdad, ya que ésta ha sido
reemplazada por la fachada de lo hermosamente externo, pero sin vida y sin luz
interior.
Jesús, dame disponibilidad para no dudar
de Ti, para creer que sigues actuando en mí, a pesar de la ambigüedad de mis
sentimientos y pensamientos que como caudal alborotado muchas veces me desvían
de tu palabra y de tu horizonte salvador.
Pero es que en esta sociedad es tan difícil ser fiel; todo está dado
para la infidelidad; parece que nada es ilegal o moral y no soy indiferente a
todo esto. Por eso, concédeme la fuerza
da voluntad suficiente para escuchar tu voz en todo momento, en todo lugar, en
toda circunstancia.
TALLER VOCACIONAL
Cristo toca a nuestra puerta en todo momento
y de diversas formas. Trata de escuchar su voz y a través de esta meditación
comparte con nosotros lo que piensas y sientes.
¡No tengas miedo! Se trata de un ejercicio para que reflexiones del SÍ
que le quieres dar.
1. ¿Qué es Jesús
en tu vida?
2. ¿Qué piensas
del llamado que Cristo hace a Simón Pedro y a su hermano Andrés en los versículos con los que iniciamos la meditación?
3. ¿Cuáles son
tus temores en este momento de responderle a Dios?
4. ¿Qué piensas
de la reflexión anterior? ¿te identificas?
Compártenos un poco de lo que meditaste.
5. ¿Cuáles son
las actitudes que nos relata la reflexión, debemos tener para ser un autentico
discípulo de Cristo? ¿Cuáles te faltan? ¿En cuales trabajas?
6. A través de este vídeo:
Cuéntanos un
poco de que piensas de Vicente de Paúl.
Cualquier inquietud no dejen de escribirnos a: sepavivocaciones@gmail.com
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